Un informe elaborado por el colectivo de familiares de presos y presas vascas Etxerrat cifra en 1.000 lxs menores afectadxs por las políticas de dispersión de presxs, los largos viajes que tienen que realizar, las limitaciones en las comunicaciones y las consecuencias psicológicas.
“Resulta muy difícil dar una cifra concreta de los que han sufrido las consecuencias de las políticas penitenciarias de excepción a lo largo de estos 27 años, pero con los datos que contamos, podemos aventurar que más de 5.000 niños se han visto sometidos a las consecuencias de la dispersión”, señala el informe. “Estos menores son hijos, hermanos, sobrinos, primos o nietos de las presas y presos políticos vascos dispersados. Son sus familiares y, en la mayoría de los casos, son las personas más importantes para su vida y para su desarrollo personal: sus padres”, continúa.

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